Sin sentido

miércoles, 1 de septiembre de 2010



Esta es una historia muy singular, en donde una persona cansada de los sentimientos, esos que acompañan y a la vez te toman por sorpresa poniéndose en contra de uno, muchas veces hasta con la particularidad, más que particularidad poder, de destruirte, decide salir a delante de una manera muy particular….
Un muchacho, llamémosle Henryk , junto a su fiel y leal compañero Ernest ,un ganso viejo, rengo y tuerto pero a la vez, el único ente, que a pesar de todas las locuras,paranoias,persecuciones y demás etapas pasadas y repetidas año tras año por Henryk, quedo a su lado y lo acompaña por donde quiera que el vaya. Henryk un muchacho que a pesar de la década en la que transcurrió esta historia, era una eminencia en lo suyo, creaba muñecos (una raza distinta, amigos para él) con lo que sea, su especialidad eran los de metal, a la vez le daba “vida”, asignándoles a cada uno, un nombre, un movimiento, una particularidad que los diferenciara del resto. Por lo que entiendo era un hombre bastante solitario, se le conoció solo una “mujer” en su vida, que según los rumores lo abandono una mañana, y Henryk se dio cuenta días después, cuando volvió a acostarse en su cama, y la sintio inmensa que tenía mucho mas espacio que lo normal y todo eso fue porque la mayor parte de su tiempo, de su vida, se lo dedicaba a sus inventos. Se pasaba horas, días y hasta semanas quizás sin parar, sin dejar un segundo de estar cerca de estos sujetos, que tenían ese tinte oscuro al igual que Henryk, que lo que hacía no era en vano, no era solo por el grado de locura que invadía a este muchachos, sino que había una razón, tan simple y cuestionable, y era que él creía, pensaba y tenía sus argumentos, de que la raza humana era muy rara, que es una raza impredecible, incorregible, ciclotímica, una raza a la que Henryk no le fiaba nada, una raza a la que Henryk no quería pertenecer, de hecho entendía mas a estos sujetitos, que a cualquier otra cosa o ser, el con solo mirarlos ya entendía que necesitaban sus robots, se la pasaba horas y horas hablándoles, el sentía que le respondían,porq las charlas duraban siempre hasta altas horas de la madrugada. Tanto desprecio le tenía a los humanos, que hasta su mejor amigo era un ave, y su “mujer”,… hay algunos rumores que dicen que no era exactamente tan humana, sino no se explica el porqué de la tristeza que vendrá más adelante, lo cierto es que nadie la trato, ni nadie la extraño cuando se fue, ella tampoco tenía muchos amigos, en fin…
Nunca se supo de donde sacaba el dinero para sus producciones, y más teniendo en cuenta que uno de sus “amigos” poseía una maquinaria bastante especial, novedosa y costosa para aquellos tiempos ..
Un día, su verdadero y única compañía real, cayó deshidratado, casi invisible, y con una gran gran depresión, por el mismo hecho por el cual su ex lo había abandonado. Es ahí cuando su cabeza reacciono y empapado en llanto, producto de la mezcla de los 2 abandonos, o al menos eso parecía en ese instante, de los únicos seres vivos que intentaban comprender a este misterioso y oscuro sujeto, salió corriendo en busca de un doctor, y considerando que vivía en una casita en medio de la nada, que Henryk había construido con sus propias manos , a 6 Km de la ruta, era muy complicado, poder salvar a Ernest, ese animal que no solo se sentaba junto a Henryk y le alcanzaba las herramientas para ayudar “agrandar la familia”, sino que era el único que tenía un sentimiento real por él, incondicional, al igual que su esposa, y los perdió a los 2. Por falta de interés, por no recibir la misma atención que entregaban, esto ya le había ocurrido a Henryk meses antes, cuando sufrió su primer abandono, y ahora, volvía sentir lo mismo, pero esta vez era más difícil aun, alguien había muerto por su culpa. Desesperado y a los gritos Henryk buscaba explicación alguna, de cómo pudo haber descuidado a 2 de sus amores, por darle tanto a otros que no devolvían nada, por intentar e intentar que de alguna manera esos siniestros inventos tomen vida y formar una familia, con otra raza, él quería, soñaba, ser uno de ellos. Desconsolado y bajo a una fría lluvia, comenzó a enterrar a Ernest, dijo unas palabras al viento, miro al cielo para limpiar sus lágrimas y decidió buscar consuelo en su taller, ese pequeño espacio donde pasaba su vida junto con sus creaciones, ese espacio donde comenzó a quedarse solo, ese espacio que cuando entro esa noche, no había nada.
Sus amigos se habían ido, esa ”raza” que para Henryk era ideal, de alguna manera u otra, pudieron levantarse y abandonar su pequeño hogar. Henryk por un lado estaba sorprendido y contento, increíblemente su sueño se había cumplido, pero él no formaba parte, entonces eso lo deprimió mas, se dio cuenta que esta vez sí estaba solo de verdad, ni la raza rara, ni la “normal”, ni un animal, nada a su alrededor, solo tiempo perdido, solo vida mal gastada, había abundancia de soledad. Los días seguían pasando, la lluvia cada vez más fuerte, y la precaria tumba cavada por las pequeñas manos de Henryk, se empezó a descubrir…
No se supo nada de él hasta que la lluvia no paro, según dicen el lugar yacía, muy abandonado, era el fiel retrato de una depresión que invadía al inventor, de sentimientos encontrados, mezclados, de alegría por ser capaz de lograr que sus “hijos” tomen lo único que le faltaba para tener una mini sociedad menos rara que los humanos, de tristeza por estar solo, por no formar parte de eso que tanto quería, por no ser uno de ellos, por haber perdido todo, sentimientos que llevaron a Henryk a perder completamente la razón, sentimientos que escarbaban y escarbaban cada vez más profundo un herida incurable. E l día que paro de caer agua, Henryk salió de su encierro, pero su cabeza seguía tan desordenada como su casa, es ahí cuando vio que el cuerpo de Ernest estaba desenterrado e increíblemente en excelente estado, si, una vez más su fiel compañero aparecía para estar junto a Él. Sin pensarlo, tomo inmediatamente el cuerpo, lo limpio y lo acostó en la mesa que una vez supo ser de los robots, mientras intentaba tener alguna idea en esa cabeza sin norte, pensaba en cómo pudieron esos muñecos a los que tanto amor les dio, abandonarlo, el había dedicado prácticamente su vida a ellos, les puso ropa, nombre, les dio movimientos, les ponía música, algo indispensable para darle vida a algo, todo el día en su pequeña radio de madera, y sin embargo lo abandonaron, y no entendía el porqué , y el porqué era tan simple, que con solo mirar el taller podía darse cuenta, con mirar a su ganso tenia la respuesta. Los robots habían recibido todo lo entregado por Henryk, pero había una cosa que los diferenciaba totalmente de los humanos, y era que ellos no eran capaces de sentir. Es ahí cuando Henryk, después de dar vueltas después de intentar mil maneras de callar sus sentimientos, entendió porque lo habían abandonado, y tras horas de pensar, decidió poner en práctica su deseo de no sentir más y a la vez ser parte de “esa sociedad” que él había creado.
Lo primero que pensó antes de matar a todos sus sentimientos, fue devolverle algo a su patoganso y logro devolverle la vida, y asegurarse de que nunca más iba a sufrir, ni a morir por depresión, Henryk sentía mucha culpa por haber descuidado a su fiel ladero, el sentía que el pobre ganso no tenia porque amar tanto a una persona que lo único que hiso fue ocuparse de su obsesión y dejo morir a quien más apreciaba, entonces lo convirtió en uno más de la sociedad, le arreglo su pata mala, le puso el ojo que le faltaba, las plumas seguían siendo viejas y ásperas, pero el ave ya caminaba otra vez, sin su sonrisa, pero sin sufrimiento. Era el turno de Henryk, el ya tenía toda una maquina creada para que con solo presionar un botón, ponía en marcha la operación, por lo tanto solo necesitaba una vez mas de Ernest, y así fue…Henryk y Ernest, estaban juntos nuevamente, se conocían aunque Henryk tenía un aspecto muy diferente, ya no tenía rasgos humanos en la cara, sino que poseía una cabeza de robots, para cuando tenga que mirarse al espejo no ver eso que tanto odiaba, su cuerpo seguía siendo el mismo, pequeño pero firme. Ninguno tenía sentimientos, ya no había dolor, pena tristeza ni depresión, pero nunca mas habría alegría ni felicidad, el ganso no podría morir de soledad ni depresión, y Henryk no sufriría más sus abandonos, ni su locura.
Esta historia termina cuando, a partir de esa noche, Henryk y su amigo Ernest comenzaron a caminar (y esto se repetiría todas las noches durante mucho tiempo)desde su humilde casa hasta la ruta desierta, 6 kms de ida 6 kms ,de vuelta, lo que llamaba la atención era, que al llegar a la ruta los dos se paraban mirando la nada, justo bajo la luna, esperando algo, o alguien, esperando eso que muchas veces todos esperamos y nunca llega, o quizás esperando eso q tarda pero aparece, algunos dicen que todas las noches iban en busca de los que habían abandonado a Henryk, otros dicen que la idea era del ganso y lo que iban a buscar eran su sentimientos… L a verdadera causa nunca se supo, porque una noche de las tantas, en esa ruta que no la transitaba nadie ni nada, apareció una camioneta muy humilde y freno a centímetros de nuestros personajes, Henryk se acerco, y reconoció a quien manejaba, intercambiaron palabras, se subió y la camioneta con su conductor y Henryk partieron para nunca más volver…

FIN?

0 comentarios:

Publicar un comentario