El día que comprenda que las personas no actúan como yo desearía que lo hagan, en ese instante voy a comprender a vivir.
Me estoy haciendo compinche de la soledad, es contradictorio, porq no nos podemos ni ver. Cada vez que nos encontramos nos matamos a puteadas, pero tanto ella como yo sabemos cómo tratarnos y por lo tanto como lastimarnos.
Me muestra cosas en la oscuridad que en la inmensidad de la luz no se entienden.
Son pocos minutos en los que podemos conversar distendidamente, no nos damos mucho tiempo, porqué ambos tenemos miedo de terminar juntos. Seriamos muy buenos socios, pero volviendo a la contrariedad (sin saber si esta palabra existe) nuestros negocios serian muy turbios y terminaríamos en la lona rápidamente. Así que en esta ultima charla decidimos ser solamente buenos consejeros.
Aporta mucho a mi manera de ver las cosas, creo que es la única que realmente me entiende, la única que coincide con todos mis pensamientos.
Viajamos tantas veces a lugares impensados que ya tenemos el pasaporte lleno de descuentos.
Es una verdadera pena que nos odiemos tanto, pero como todo héroe y villano, uno no puede vivir sin el otro aun que sea, en algún momento, es necesario que se crucen en alguna batalla, sino no tendrían esos rangos, y a mí me pasa eso. El problema es que aun no descifré cual de los dos papeles cumplo, pero me falta muy poco para comprenderlo.
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