El día de mi muerte, cuando volví a abrir los ojos, no había
nadie, ni nada, ni siquiera una realidad dando vueltas en el libro de opciones.
El día que mori,no llevaba ni un traje a medida, pero
tampoco vestía harapiento. Llevaba puesto algo que no combinaba mucho, pero el
sentido no tenia latidos, el gusto aun no se creaba (y hoy?).
De aquel día tengo muchos recuerdos, de como llegue a ese fin,
como cree mi historia, en que me basaba cuando pocos me entendían. Recuerdo lo
que hice, y el justificativo del estar aquí ahora, mirando todo desde otra perspectiva,
más nítida tal vez, o quizás sea esta sanación del eterno descanso, y mi mente
mas abierta, por estar un periodo en pausa, mas relajada, luego de unos cuantos
cigarros, decodifica de otra manera, digamos mas abarcativa, y ahí es donde vas
entendiendo todo a un nivel de velocidad, en el que solo escalas en alucinaciones.
La tarde que deje mi cuerpo, lo dejaron al azar, no sabían bien
que hacer, tuve muchas dudas en la vida, esta era una, creo que lo cremaron,
para que nadie vuelva a ocupar ese pequeño espacio, cuando no entienden, que
solo es una armadura de guerra (oxidada), pero es descartable, eso vas a
entender de este lado, cuando puedas ver solo la energía y los pensamientos. En
esta era, estoy creando una nueva escafandra, pero con superpoderes de actitud.
Esa noche, cuando aterrice, alguien me ofreció algo de
comer, me lo entrego y se me callo la propina, cuando la recogí y se la quise entregar,
ya no había nadie. Ese momento, fue el de la reacción. Todo estaba claro. Me senté
y comencé a desarrollar mi nuevo testamento.
Una vez le llame sobredosis, fue le final mas injusto y
desteñido de todos. Fue lento y con pasión, mejor dicho con admiración. Con ganas
de vivirlo nuevamente, pero no estar presente (ni en el instante de parecencia)
También escribí sobre aquella vez que me fui a dormir, y no desperté
siendo yo. Fue aburrido, todo se me apareció de sorpresa, no me gusta cuando
las cosas suceden en el momento justo, porque yo no lo pensé así
El mas oscuro fue el cuento de la soga, parecía todo tan diseñando,
era una obra de arte ,todo muy surreal. Las
paredes hablaban y eran los viejos escombros, que me pedían que me siente a
escuchar. Contaban una linda, pero corta historia, sobre amores no correspondidos,
que luchaban con fuerza por encajar, mencionaba que las mujeres solo se
enamoraban del amor y no del tipo con pasta de campeón. Todo era poco
abarcativo,pero leal.
Alguien dijo, que hay que morir para renacer y dar de nuevo,
para dar vuelta la hoja, y atacar con nuevas armas, para florecer hay que
marchitar hasta el ultimo pétalo, arrancar de su raíz cuando no de mas y
sembrar otra vez. Recoger lo que menos sirva, y dejar lo inservible para los
momentos de sobra. A veces la vida no es fácil, pero se puede aprender a
hacerla menos difícil. Pero para llegar a eso, hay que dormir en el barro.