Lo que no se vió detrás de las cortinas de terciopelo azul

jueves, 27 de septiembre de 2012
En el mundo que nunca fue hubo paz,
alguna que otra guerra pero solo de palabras.
En el mundo que no se vio,
también existió el desamor, para darle lugar a los amores verdaderos,
el amor fue la única enseñanza.
En ese mundo inexistente ante ojos débiles,
las angustias no rondaban las habitaciones oscuras,
y las pesadillas solo lograban mostrar el final de los viajes, para no asustarte
al no entender que es lo que viste ahí atrás.
En el mundo que nunca fue, no había un poder,
todo fue como debió ser,
como estaba escrito en las piedras desde un principio,
naturaleza pura y sin una sociedad corrupta llena de valores vacíos,
en el verdadero mundo de nunca jamás,
solo había héroes rengos y los villanos no veían la luz, pero estaban,
siempre se necesita codearse con enemigos para alimentar el ego (como sucede de este lado).

// -Vos tenes uno?
-Queres ser el mio?
-Déjamelo pensar, tengo que inventarme algún súper poder? Porque estoy escaso de creatividad hoy.
-No, solo disfrázate de lo que solías ser, pero ponete una capa, aunque sea invisible, todo héroe tiene una, salvo el mio. Pero vuela con los pies, y no me preguntes como hace,
en este mundo raro se puede imaginar lo que sea mientras no estés soñando, porque solo ahí se prohíbe crear. //

Hubo dolor, porque hubo amor,
mucho amor, del verdadero
el dolor venia a corromper las esquinas pidiendo limosna,
pero nadie se apiado de él,
solo yo,
porque en ese mundo también fui un mal escritor (pero un gran director).
Y cuando las culpas te disparen contra aquel paredón,
no las decepciones,
guíñales un ojo o insúltalas, pediles perdón,
o simplemente no hagas nada.
En ese planeta que aun no estallo, mis textos se volvieron de color
y ciertos personajes tomaron vida, para salir corriendo de las hojas y no perder su esencia oscura.
En aquel mundo,
también me voy encerrar del lado de adentro
junto a mis miedos y batirme a duelo conmigo mismo.
Aquella niña te regalara otra vez ese dibujo inocente,
el mismo que pinto con los lápices faltantes de aquel lado que conociste.
Hubo gente, ni buena ni mala, solo gente.
Tal vez buscaban las simples cosas que no veían acá,
pero las conocían.
Los crucigramas fueron indescifrables, como este texto.
Las manos también te van a temblar de frio.
Pensaras, y los psicólogos no tendrán trabajo,
porque aprenderás a encontrarte solo,
caminando en una calle desierta,
sin correr tras el primer oasis de agua que se te aparezca.

La felicidad no será un arma en llamas,
pero seguirá siendo solo momentos de plenitud.
Cortos.
En aquel sitio tuviste una barba de sabio lírico,
como la de tu maestro de esta realidad.
También te lo escribiste con sangre dentro de tu armadura de piel.
Escribiste sobre conejos,
que te inspiraron como aquel que elegiste de espejo poético.
Le robaste su nave,
y lograste viajar hacia esos lugares que solo el logro aquí.
En ese mundo de historieta,
tu familia te quiso con la misma verdad,
tu mama siguió sin comprenderte, pero aprendió a apoyarte.

En el mundo que siempre quisiste ver, la guitarra de George no lloró,
porque Él fue eterno,
como mi viejo.
Pero en todos los mundos llegaste (llegaras) al mismo final.
También elegiste morir de joven, para saber que fuiste o sos en la otra vida.

(Hank)

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