Querer sonreír en medio de un tornado, parece algo difícil,
pero posible.
Así todo el viento este arrasando con tus muebles, tus escritos,
tú pasado, hasta dejarte sin presente, sin pensamientos(sin temores),dejarte
estatico,conjelado,sin reacción. Así como un tornado, es el trabajo estratégico
de la mente, te arranca de lo que no necesitas, y te trae hacia los polos opuestos,
para que puedas comparar, siempre buscamos lo mas parecido a uno mismo,
pensando que, si todo funciona como lo planeamos desde el inicio, va a salir bien,
pensando que si es igual, es perfecto, creyendo que igualdad es sinónimo de
compatibilidad, y a veces siendo tan distintos se es tan pleno. Pero son pocos
los que comprenden, porque todos vienen sellados de fábrica con los
pensamientos acomodados a lo simple. Error, si la vida es complicada, porque no
te subís a la ola? Desafíate un poco, no busques la salida en la primera piedra
que te aparece, porque detrás de esa simple salida, hay sombras. Querer sonreír en el baldío, cuando lo que
ves a tu alrededor son solo paredes y materiales inservibles desechados por la gente,
se vuelve realmente muy sensillo,hasta salen carcajadas cuando comprendes lo
que sucede en ese pequeño espacio.
Los revolucionarios internos, están a la espera de salir
disparados a prender fuego mi cuerpo. Mírate, inspecciónate un poco a vos mismo,
ahora solo dependemos de vos, el cordón se corto y la luz clara no te lleva mas
de la mano. Sonreír es tan fácil cuando la risa sale del cuerpo, mientras la
cabeza no esta en el espejo, porque la mente se la lleva a lugares extraños
para no pensar. Flotas en un globo de ilusión, te llevas todo lo que esta en tu
habitación, pero olvidas las lagrimas en la almohada, ellas pueden esperar.
Las paredes rojas te gritan a lo lejos, te piden volver. Desde
lejos,descrubris que el silencio tiene olor a mar y te salpica la cara, para
que no extrañes tus lagrimas y recuerdes donde estas aun.
Pase por la famosa montaña del idiota, y El sigue ahí,
esperando su rescate, le pregunte si quería acompañarme, pero su “no”, fue
rotundo, me invito a tomar un café, yo le pedí un whisky sin hielo para calmar
el frio. Estacione mi globo de ilusión sobre la nieve y pase a la cómoda y sencilla
cabaña, donde vivía el idiota.
Su nombre era Franck y su barba me llamaba mucho la atención,
siempre quise tener una. El viejo idiota, ya había perdido la cuenta de cuanto
tiempo llevaba viviendo (esperando) en esa montaña, que han intentado convencerlo,
pero siempre era la persona incorrecta, como yo, y nunca venia la única persona
con el poder de sacarlo de su sillón. El estaba feliz con su acogedor lugar, no
le faltaba nada, mientras el fuego fluía en el hogar, para el estaba todo bien.
Pero la angustia de su corazón era grande, y solo era visitado por los recuerdos,
hablaba con las fotos de su pasado y le preguntaba la hora.
Nos sentamos a hablar durante horas, aclarándome de entrada,
que no podría pasar la noche ahí. por lo tanto me dijo que debía irme antes de que
el sol termine de ocultarse, a lo que le respondí que me guiaba mejor en la oscuridad,
y que en mi globo de ilusión, tenia unos ojos claros que alumbran el camino a
casa.
Me conto su vida, al menos lo poco que recordaba, un amor,
un único y real amor. Por momentos su historia era fantástica y poco probable,
pero me recordaba mucho a la mía, entonces como un niño, abracé mis rodillas y
lo oía atento, mientras me balanceaba en una silla antigua, de madera firme. Al
tercer vaso, mis ojos comenzaron a
recordar que mis lagrimas estaban esperándome en mi almohada, y me ardían
de tan secos que estaban, pero no podía dejar de oir aquella historia, por
momentos creía que yo la había inventado de tan “mía” que era.
Frank parecía entusiasmado con su relato, no omitía detalles
de su espera, todos los días al salir al sol se levantaba y pasaba horas en la
puerta de su cabaña, fumando su pipa, con un tabaco que jamás había probado. Los
escaladores lo saludaban y se reían de su soledad. El los ignoraba, esperanzado
de que su rescate llegaría pronto. Por momentos caminaba y trataba de deducir
que paso era real y cual era parte de su imaginación. Me conto que muchas
veces logro que ella apareciera y
cenaban juntos, el preparaba su comida
preferida para tratar de que se quedara mas tiempo, pero al momento de fundirse
en un abrazo, la imagen se desvanecía y lloraba tanto, que su desesperación hacían
temblar la frágil madera con que estaba construido todo. La situación era tan real,
que el juraba verla, se reían juntos y prometían crecer y volver a encontrarse,
pero ella no tocaba su puerta, y el envejecio,su pelo se volvió del color de la
nieve, sus manías se convirtieron en adicción, tiro todos los objetos
contundentes para que no arruinaran su espera, corto la soga que tenia armada,
y descargo la pistola.
Me confeso que a su reloj interno ya le costaba mover las agujas y tenia miedo de
haber desperdiciado su humilde tiempo, tenia miedo de haber muerto y que esta
sea su condena eterna, la de quedarse solo, observando todo desde muy lejos,
pensando que ella se había equivocado de dirección y que haya encontrado un
falso poeta y que sus hijos estén en otra habitación. Se quebraba al mostrarme las fotos, pero sus lágrimas
no salían, era un llanto seco, de esos que llevan años intentando curarse.
Intente mostrarle mi admiración, pero eso no lo confortaba,
le conté acerca de mis derrotas, para que sepa que no estaba solo, le prometí
venir a visitarlo seguido, a lo que el contesto que yo ya había estado ahí, y
que también lo deje solo. En ese momento mi cabeza se encendió y comencé a
recordarlo todo, el lugar, las fotos el paisaje, mi miedo empezó a acorralarme,
Salí de inmediato de ese lugar, para subirme a mi globo e irme, pero no había
nada afuera. Volví a la habitación, para pedir explicaciones, pero me encontré solo.
Nada mas había un vaso y la pipa encendida, ningún rastro del idiota, ni de la charla,
ni de mi, los consejos habían desaparecidos, ni rastros de mis cigarros había,
no entendía, busque una canilla para lavarme la cara, y cuando me mire al
espejo para despabilarme, me vi, realmente me vi, tenia una barba hasta el pecho,
mi vos afónica, mis ojos secos y cansados, mi cabeza estaba estallando, quería llorar
y el llanto era como el que había sentido hace un instante, hasta que lo comprendí
todo, su historia, mi historia. Me senté y empecé a sacar cuentas, llevo muchos
años aquí esperando, y el joven con su globo de ilusión y el viejo, somos la misma persona, paso tanto
tiempo que hasta me olvide de mi mismo, ahora recuerdo porque me dije que no
iba a volver, nunca me fui de este lugar, y mi pasado viene atormentarme(o mi
futuro), intentando regalarme una nueva vida. Con ilusiones y mis sueños, tengo
una caja llena de ellos que todavía están sin abrir y selladas con la faja y la
leyenda “FRAGIL”
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