Ya sabes porque

lunes, 29 de octubre de 2012


Una noche me encontré en una ruta solitaria,
de todo esto, déjame contarte, que fue hace muchos años,
de hecho, nose si fue en aquella vida, en la que fui un feliz soñador veedor de imágenes innombrables.
De repente comencé a sentir mucho sueño y la vista empezó a abandonarme.
En ese momento busque el hotel más cercano de la soledad que abrazaba
a esa parte del camino.
Los dueños de ese lugar me vieron volar, de esto me entere a la segunda mañana de haber estado ahí.
El punto es, que  cuando me recosté en el cómodo colchón, me perdí  durmiendo unos cuantos pares de minutos, hasta despertar exaltado.
Soñé con una bomba.
No cualquier bomba, era una bomba debajo de mi cama, amenazando con toda esa ruta
hermosa pero desierta, sin arboles ni flores,
sin gente alrededor,
ni la luz de la luna la alumbraba.
Amenazando con mi objetivo, con mi destino, con todo lo que me rodeaba en otro momento.
El tic tac de la bomba me aterraba, no me dejaba despertar.
Era un sonido mágico y a la vez macabro,
un sonido “acabador de vidas”
un sonido que presagiaba el fin de todo, sin amenaza previa.
Un fin tan simple y cotidiano como eso. Un final
como un efecto placebo al descubierto.
Como un mundo sin música.
Un fin, como el que poseen los cuentos que te enamoran en el primer renglón.
Como descubrirle las mentiras a un mango.
Como el del hombre contra la naturaleza (aunque este no es un buen final, o si, lo complejo de este es que el hombre seria añicos en cuestión de segundos).
La cuestión, nuevamente, es que mientras intentaba despertarme de el
para intentar desactivarla, me era imposible.
La oscuridad que siempre me acompaña, no me dejaba ver,
esta vez era inevitable vencerla.
Me encontraba con los ojos tapados, amordazado
la desesperación me invadía por completo,
los pies no se movían ni mandándole una ejecución directa.
Los brazos estaban pegados con un pegamento de rico aroma, pero que quemaba por dentro.
Las estrellas estaban, siempre están las estrellas, eso es algo que nunca podre comprender.
Las estrellas me llevaron instantáneamente a crear un cielo azul,
que de apoco se me venia encima,
no soy un buen creador de imágenes, aunque tengo las herramientas, aun no las se explotar.
Por ende este cielo se destruiría en segundos.
En realidad fue lo que pasó.
Cuando el cielo llego a su fin reaccione.
Me desperté con un grito abrumador.
El teléfono de la habitación comenzó a sonar, pero lo deje pasar.
Seguramente no vendrían buenas noticias del otro lado.
Nunca un llamado esperado traer algo bueno.
Corrí hacia el baño, el cuarto era chico y de color rojo, pero acogedor.
Me lave la cara empapando todo mi cuerpo,
abrí mis ojos mas de la cuenta, tanto que uno de ellos se salió para fuera hasta caer en mi mano.
Eso es costumbre en mí, por lo tanto lo recogí y lo puse en su lugar hasta entender que estaba pasando.
Luego de secarme me acerque a la cama, levante la frazada pesada
y ahí estaba,
La misma bomba, negra y con los minutos contados.
Ya no había forma de despertar de la realidad,
es una costumbre que tenemos, la de sentirnos en peligro y desear de que todo sea un sueño,
pero eso ya había pasado.
Ya me había despertado una vez.
Mi primera reacción fue pensar que vuelta le darías vos para salir de esta.
Pero eso no me sirvió demasiado… estaba solo.
La bomba estalló, sin darme mas posibilidades de las que tuve.
Los aviones pasan a menudo por tu balcón, y en ese momento hay que tener bien en claro a cual pertenece tu pasaje.
Yo no lo supe, jamás fui de prever situaciones,
y el pasaje nunca lo conejeé.
La bomba estalló y se llevo todo,
excepto mis lágrimas.
No descifré el mensaje, pero mi reacción fue sentarme y apoyarme contra la cama,
y esperar que lo inevitable me absorba.
El día que páse esto de verdad, voy a estar preparado.
En mis libros hay una fecha, la cual pienso respetar.
En ese lugar, la bomba va a tener la misma cantidad de minutos
pero yo tendré las respuestas a los segundos.
Y venceré
Triunfare
y luego me seguirán sin esperar nada.
Seré un sobreviviente,
y las verdades seguirán siendo simples verdades que rodean una mentira.
Las mentiras seguirán lastimando
y el poder seguirá siendo la peor adicción.
La bomba explotó, pero fue solo un aviso de lo que va a derrumbarse mañana.

1 comentarios:

Gorda Iteración dijo...

A. La. mierda.

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