Tan frio

domingo, 11 de noviembre de 2012

Muchas veces me cuesta comprender como hago para seguir de pie.
Este tipo de cuestionamientos me los hago cuando al viajar en un segundo a ningún lugar sentado en mi butaca, comienzo a llorar.
Me pasa seguido y es uno de los misterios que llevo en mi espalda, pero este de seguro no voy a querer resolverlo.
Quizás mi mente envía demasiada información a mi inconsciente y eso me provoca un choque de conceptos básicos que no pueden convivir, entonces los vacíos se desaniman y salen por mis ojos.
A veces me cuesta entender como camino tan rápido, sin tener a donde ir, pero queriendo llegar.
Observando caminos de cristal, subiéndome a ellos siempre con miedo a que se quiebren.
Yo soy de cristal y del mas barato.
Miedo a entenderlo todo.
Miedo a que no haya nada tras la cortina como pienso y que mi filosofía de vida haya sido un derroche de muerte mal gastada.
Miedo a no irme antes que ellos tres.
Instantes que se vuelven eternos.
Tiempo que no cura ninguna herida.
La muerte que siempre me manda señales de humo pidiéndome ayuda.
A veces no comprendo porque no puedo despertarme, la vida es lo que vos quieras y menos también, al fin y al cabo, él dice que "nada es tan así".
El bien y el mal solo son ideales, conceptos expuestos por alguien que pensó que la mejor forma de sobrevivir (que no es sinónimo de vivir, sino de “no morir”), es siguiendo una línea imaginaria (reglas) que divida todo entre esas dos palabras. Se creyó demasiado...
Ese es otro punto, ¿realmente hay que creerse demasiado para ser? ¿Para imponer? De ser esa la base, yo seguiré siendo invisible, mudo, no tendré mas manos que escriban y nadie sabrá nunca de mi existencia (hoy siguen sin saberlo). De lo que nunca llegue a ser acá, me van a quedar las ganas. Van a creer haberme visto en algún estado de ensueño.
Para la gente "cercana" (¿quien lo es?) solo van a creer haberme cruzado en un mal día.
"No va a ser tan así" no tengas miedo en defraudarme, en todo caso, ya empujaste al “Yo” que estaba agazapado, expectante asustado como un animal de presa, arrinconado, buscando el sitio oportuno para escapar a la realidad, a su realidad.
Tantas veces me vi así, disimulando, que ya perdí la cuenta de cual es la verdad.
Fue mágico, también irreal, nunca mire con los ojos, solo sentí.
A veces me olvido porque sigo estando de pie, hasta que comprendo al mirarlos, que si no estuviese parado ellos la pasarían mucho peor que yo.
Lo difícil es saber cuanta cuerda me falta por tirar.
Siempre seremos...olvidarte no tendría sentido, porqué seria olvidarme a mi mismo.

0 comentarios:

Publicar un comentario